Los tumores medulares son masas anormales de tejido que se forman dentro del canal raquídeo o los huesos. Pueden ser malignos (cancerosos) o benignos (no cancerosos). Esta guía explora los distintos tipos de tumores medulares, los síntomas, los métodos de diagnóstico y las opciones de tratamiento.
Los médicos clasifican los tumores medulares en función de su localización. Estos tumores se clasifican en las dos categorías siguientes.
Los tumores intramedulares se desarrollan en las células gliales o de sostén de la médula espinal. Se encuentran en la duramadre, una gruesa membrana que rodea la médula espinal. He aquí algunos tipos comunes:
Estos tumores surgen dentro de la capa más externa de la médula espinal, o vaina dural. A medida que los tumores intradurales-extramedulares se expanden, comprimen los nervios dentro y alrededor de la médula espinal. Algunos tipos comunes son:
El diagnóstico de un tumor medular suele comenzar con un examen médico exhaustivo para evaluar los síntomas del paciente. Aunque algunas lesiones medulares no presentan síntomas, la mayoría provocan dolor de espalda que progresa con el crecimiento continuado del tumor.
Otras molestias como el entumecimiento o la debilidad pueden acompañar al dolor. Los síntomas de un tumor medular pueden variar en función de su localización y de si es canceroso o no. Algunos indicadores comunes de un tumor medular incluyen:
Su médico puede realizar un diagnóstico por imagen para identificar el tamaño del tumor, su localización exacta y su impacto en la columna vertebral. El diagnóstico por imagen también les ayuda a determinar el estado general de salud y estabilidad de sus vértebras.
La información de una prueba de imagen puede ayudar a su médico a seguir una vía de tratamiento adecuada. A continuación se presentan algunas tecnologías de imagen habituales para los tumores de la columna vertebral.
Una resonancia magnética (RM) utiliza potentes ondas de radio para generar imágenes tridimensionales de la médula espinal, las raíces nerviosas y el tumor. Suele ser el método de diagnóstico más fiable y preferido para los tumores de la columna vertebral.
Aunque el dolor o los síntomas sean mínimos, una resonancia magnética puede detectar la compresión de la médula espinal. El médico puede inyectarle un medio de contraste en la mano o el antebrazo para resaltar determinadas estructuras y tejidos.
La tomografía computarizada (TC) utiliza una serie de radiografías para obtener imágenes detalladas de la columna vertebral, determinar el tamaño y la ubicación del tumor y evaluar la salud y la calidad de los huesos. Puede utilizarse una inyección de medio de contraste para mejorar la visibilidad del canal medular o de la médula espinal.
Un TAC puede ayudar a determinar la gravedad del tumor y si se ha extendido. Sin embargo, es una técnica menos habitual para los crecimientos medulares que la resonancia magnética.
Tras obtener los resultados de las pruebas de imagen y confirmar la presencia del tumor, el siguiente paso es determinar si es maligno o benigno. El médico realiza una biopsia, extrayendo una pequeña muestra de tejido. A continuación, esta muestra se envía a un laboratorio y se examina al microscopio.
Tras evaluar los resultados de la muestra, su equipo médico puede determinar el plan de tratamiento adecuado. Esto puede incluir una intervención quirúrgica o no quirúrgica, dependiendo de la gravedad del tumor.
Una vez que su médico haya llegado a un diagnóstico, adaptará un plan de tratamiento a sus necesidades y circunstancias particulares. Algunos tratamientos habituales de los tumores medulares son
En el caso de tumores medulares pequeños que no crecen, no presentan síntomas, no se extienden ni presionan los tejidos circundantes, suele bastar con una observación cuidadosa. Su médico puede recomendarle resonancias magnéticas o tomografías computarizadas periódicas para controlar el tumor.
La radioterapia se suele utilizar para:
Esta terapia utiliza haces de radiación concentrados para alterar la función de las células tumorales y reducir su crecimiento. A menos que la cirugía no sea una opción viable, la radiación no suele utilizarse por sí sola. Suele ser un complemento de la cirugía para garantizar la eliminación total de las células tumorales.
Por el contrario, la quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas o frenar su crecimiento. Su médico puede determinar si la quimioterapia es adecuada para usted, ya sea junto con la radioterapia o por sí sola.
Los médicos suelen recurrir a la cirugía de columna si el paciente presenta metástasis -crecimiento maligno secundario- y una esperanza de vida de 12 semanas o más. Entre los distintos procedimientos de cirugía de la columna vertebral se incluyen:
Durante el procedimiento, el médico puede controlar el funcionamiento de la médula espinal y los nervios para evitar lesionarlos. En algunos casos, pueden utilizar ondas sonoras de alta frecuencia para romper el tumor y extraer fragmentos.
Recuerde que no todos los tumores pueden extirparse completamente con cirugía, ni siquiera con los últimos avances tecnológicos. Si el tumor no puede extirparse por completo, la cirugía puede ir seguida de radioterapia, quimioterapia o ambas.
Dependiendo del procedimiento, la recuperación de la cirugía de columna puede llevar un par de semanas o más. Su médico le guiará en el proceso de recuperación y le ofrecerá consejos para acelerar la curación.
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