¿Qué causa las hernias discales cervicales?
Las hernias discales cervicales son probablemente una consecuencia del desgaste progresivo de la columna vertebral, que conduce al debilitamiento del anillo fibroso y a las posteriores hernias discales. En ocasiones, las hernias discales pueden estar asociadas a un evento traumático agudo. La mayoría de los pacientes con hernias discales cervicales experimentan síntomas al despertarse por la mañana, sin que exista un traumatismo o tensión mecánica asociada.
¿Cómo se descubren las hernias discales cervicales?
Cuando un disco cervical se hernia, puede llegar a comprimir una raíz nerviosa y a veces incluso la médula espinal. Cuando se comprime una raíz nerviosa, el paciente puede experimentar un dolor de cuello que se irradia al hombro y/o al brazo. Si la compresión de la raíz nerviosa es grave, el paciente puede experimentar debilidad en los grupos musculares asociados.
Cuando una hernia discal comprime la médula espinal puede dar lugar a una constelación diferente de síntomas denominada mielopatía cervical. En el caso de la mielopatía cervical, el paciente suele quejarse de dificultad para utilizar las manos al realizar tareas de motricidad fina (como escribir con un bolígrafo o abotonarse una camisa). Esta torpeza de las manos se asocia a veces con el entumecimiento de las puntas de los dedos. Además, la compresión de la médula espinal cervical puede provocar dificultades para caminar, con tropiezos y caídas frecuentes.
Cuando se sospecha de una hernia discal, las pruebas diagnósticas como la resonancia magnética y/o la tomografía computarizada pueden proporcionar los detalles anatómicos para confirmar el diagnóstico.
¿Cómo se pueden tratar las hernias discales cervicales?
Muchos de los síntomas asociados a las hernias de disco cervical se resuelven sin necesidad de cirugía. La intervención quirúrgica suele reservarse para el dolor intenso que no responde a la terapia médica, la debilidad grave y los síntomas mielopáticos derivados de la compresión de la médula espinal. Las opciones quirúrgicas incluyen la discectomía y fusión cervical anterior (DCAF) de uno o varios niveles, la extracción de un cuerpo vertebral cervical (corpectomía) y la foraminotomía y discectomía cervical. Algunos pacientes con enfermedad discal cervical de un solo nivel pueden incluso ser candidatos a la colocación de un disco cervical artificial. El enfoque quirúrgico se determina de forma individual, teniendo en cuenta tanto la anatomía como la sintomatología del paciente.
A) Resonancia magnética sagital ponderada en T2 preoperatoria que demuestra una hernia discal cervical que comprime la médula espinal
B) TC sagital postoperatoria de la columna cervical que demuestra una discectomía cervical anterior y fusión (DCA). Se coloca un injerto óseo (punta de flecha blanca) en el espacio discal vacío y se coloca una placa (punta de flecha negra) en la parte delantera de la columna vertebral para mantener el injerto óseo en su sitio