¿Qué causa los aneurismas cerebrales?
Las causas de los aneurismas cerebrales no se comprenden completamente. Los pacientes con hipertensión o que fuman tienen un mayor riesgo de desarrollar aneurismas. También hay ciertas condiciones genéticas que predisponen a un paciente a desarrollar un aneurisma, como: poliquistosis renal, displasia fibromuscular y una variedad de trastornos del tejido conectivo. Los pacientes con varios miembros de la familia que tienen aneurismas también tienen un mayor riesgo de tener un aneurisma. Algunos aneurismas, denominados aneurismas micóticos, pueden incluso surgir de un proceso infeccioso.
¿Cómo se descubren los aneurismas cerebrales?
Algunos aneurismas se encuentran por accidente. Por ejemplo, un aneurisma no roto puede detectarse cuando un paciente recibe una resonancia magnética del cerebro para evaluar un dolor de cabeza o mareos leves. A menudo, estos aneurismas son hallazgos incidentales y no tienen relación con los síntomas del paciente.
A veces, los aneurismas se descubren a través de exámenes de rutina en pacientes de alto riesgo. Otras veces, los aneurismas se descubren cuando se rompen. Cuando se rompe un aneurisma, un paciente experimenta con frecuencia un dolor de cabeza insoportable de inicio repentino, a veces acompañado de letargo y posible pérdida del conocimiento.
¿Cómo se tratan los aneurismas cerebrales?
El tratamiento de los aneurismas cerebrales es complejo y es fundamental que el paciente sea evaluado por un neurointervencionista y un neurocirujano para asegurarse de que reciban el asesoramiento adecuado sobre sus opciones antes de formular un plan de tratamiento. Hay tres opciones disponibles para el tratamiento de aneurismas: observación y manejo médico, reparación quirúrgica de clipaje y terapia neurointervencionista.
La observación y el manejo médico es solo una opción para los aneurismas no rotos. Esta forma de tratamiento implica dejar de fumar, controlar la presión arterial y obtener imágenes radiográficas periódicas del aneurisma para controlar el tamaño y el posible crecimiento del aneurisma.
La reparación quirúrgica de aneurismas cerebrales, aunque invasiva, es una opción importante para el tratamiento de aneurismas. Los avances recientes, como el uso del microscopio quirúrgico, la creciente sofisticación mecánica de los clips para aneurismas y las mejores técnicas de neuroprotección han ayudado a mejorar la seguridad y la eficacia del tratamiento quirúrgico de los aneurismas cerebrales.
El tratamiento neurointervencionista de los aneurismas cerebrales ha estado disponible desde la década de 1970 y ha evolucionado rápidamente hasta convertirse en una modalidad de tratamiento mínimamente invasivo eficaz. Usando la guía de rayos X, un neurointervencionista avanza un catéter desde una arteria en la ingle hasta la arteria en el cerebro donde se encuentra el aneurisma. Luego, se utiliza una variedad de “espiras” de platino desmontables para rellenar el aneurisma. Con esta técnica, en la mayoría de los pacientes se puede lograr una oclusión duradera y completa del aneurisma con un riesgo de sangrado notablemente reducido, similar a la cirugía tradicional. En muchos pacientes, este nuevo método de tratamiento mínimamente invasivo suele ser una alternativa segura y eficaz a la cirugía tradicional. No todos los pacientes son elegibles para este tipo de tratamiento mínimamente invasivo y el clipaje quirúrgico tradicional sigue siendo una opción importante y eficaz en muchos pacientes.
A) Angiografía AP preoperatoria que muestra un gran aneurisma de la arteria comunicante anterior
B) Fotografía intraoperatoria que demuestra la colocación del clip en el cuello del aneurisma
C) Angiografía AP posoperatoria que muestra el recorte de un aneurisma de la arteria comunicante anterior